
¿Por qué es importante que los adultos se vacunen?
Las vacunas ayudan a prevenir que las personas se infecten y propagan enfermedades graves que podrían resultar en problemas de salud, muerte, ausencia en el trabajo, facturas médicas y no poder cuidar de la familia. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), una de las razones por las que los adultos deben mantenerse al día con sus vacunas es la posibilidad de que la inmunidad que proporcionan las vacunas de la niñez desaparezca con el tiempo.
Además, al envejecer podría aumentar el riesgo de contraer ciertas enfermedades que son prevenibles mediante la vacunación. La vacunación es una de las medidas de prevención más seguras y convenientes disponibles.
¿Cuáles vacunas se necesitan? A continuación, proporcionamos una lista de vacunas recomendadas, pero es importante que consulte a su médico. Juntos podrán determinar las acciones más apropiadas según su situación.
¿Cuáles vacunas se recomiendan para los adultos? (Actualizada por los CDC el 1 de julio de 2025)
Se recomienda que los adultos se mantengan al día con las siguientes vacunas:
- COVID-19 (cada año)
- Influenza (gripe) (cada año) Los CDC recomiendan la vacuna antigripal anual para toda persona de 6 meses o más. La gripe puede provocar problemas de salud graves en los adultos mayores. Los adultos de 50 años o más y las embarazadas deben recibir la vacuna antigripal en forma de inyección, no en forma de aerosol nasal.
- Tétanos (Td, o Tdap, por sus siglas en inglés) (por lo menos cada 10 años) Generalmente se administra una dosis de Tdap a la edad de 11 o 12 años. Si nunca ha recibido una vacuna de Tdap, los CDC recomiendan obtenerla lo más pronto posible. La vacuna Tdap puede ayudar a protegerle contra el trismo, conocido como tétanos; la tos ferina, también llamada tos convulsiva; y la difteria, que puede provocar problemas de respiración. Se recomienda un vacuna de refuerzo de la Tdap cada 10 años.
- Herpes zóster (todos los adultos de 50 años o más) Para prevenir el herpes zóster, los CDC recomiendan la vacuna Shingrix para los adultos sanos de 50 años o más. Se administra en dos dosis. Aunque no pone en peligro la vida, el herpes zóster puede ser muy doloroso.
- Antineumocócica (todos los adultos de 50 años o más) Los CDC recomiendan dos vacunas antineumocócicas para los adultos de 65 años o más. Los adultos más jóvenes que tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad neumocócica también podrían necesitar una dosis de la vacuna. La enfermedad neumocócica causa infecciones, como neumonía, meningitis e infecciones del torrente sanguíneo.
- Virus respiratorio sincitial (VRS, o RSV, por sus siglas en inglés) (todos los adultos de 75 años o más) Los CDC recomiendan la vacuna contra el RSV para los adultos de 60 o más que tengan mayor riesgo de problemas graves, como la neumonía si se enferman del RSV.
- Hepatitis B.Los CDC recomiendan que todos los adultos entre 19 y 59 años reciban la vacuna contra la hepatitis B. Esta vacuna también se recomienda la para los adultos de 60 años o más que tengan factores de riesgo de contraer Hepatitis B.
La vacuna no se recomienda específicamente para las personas de 60 años o más que no tengan conocidos factores de riesgo, pero si usted pertenece a ese grupo, usted puede recibir la vacuna contra la hepatitis B si así lo desea. La hepatitis B es una enfermedad que afecta el hígado.
Dependiendo de otros factores, como afecciones médicas, problemas de salud, empleo, estilo de vida o hábitos de viaje, es posible que necesite vacunas adicionales para protegerse.
Hable con su médico de atención primaria sobre las vacunas. No espere hasta que esté enfermo.
Las vacunas son la mejor forma de protegerse usted y a sus seres queridos de las enfermedades que se pueden prevenir con vacunas. Al vacunarse, se protege usted mismo y evita contagiar enfermedades prevenibles a sus seres queridos y a otras personas en su comunidad.
Suele subestimarse la importancia de dar prioridad y programar una cita de bienestar con un médico de atención primaria (PCP, por sus siglas en inglés). Al establecer la atención con un PCP y recibir los servicios preventivos de rutina, aparte de todas las citas por enfermedad, lesión o afección continua, puede promover un bienestar general y facilitar la detección temprana de posibles problemas de salud.