Revisión médica a cargo de:
Dra. Rajani Shrestha, Osteópata
La enfermedad de Parkinson es un trastorno cerebral asociado a la edad que afecta principalmente el movimiento y la coordinación. Aproximadamente el 90-95% de las personas desarrollan Parkinson después de los 60 años.1 Los síntomas generalmente se desarrollan gradualmente y empeoran con el tiempo. Puede ser fácil pasar por alto las señales iniciales, pero las personas pueden tener problemas para caminar, hablar o completar tareas simples a medida que la enfermedad avanza.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso que afecta principalmente la forma en que el cerebro controla el movimiento, y ocurre cuando las células nerviosas de una parte del cerebro, llamada sustancia negra, se dañan o mueren. Estas células nerviosas producen dopamina, una sustancia química que ayuda al cerebro a enviar las señales necesarias para controlar el movimiento. A medida que los niveles de dopamina disminuyen, la comunicación entre el cerebro y el cuerpo se interrumpe, y el movimiento se vuelve más lento y difícil de controlar. Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson también puede afectar otras funciones cerebrales, incluyendo el estado de ánimo, el sueño, el pensamiento, e incluso causar problemas de memoria.2
Los principales síntomas de la enfermedad de Parkinson se relacionan con el movimiento y la coordinación. Sin embargo, los síntomas, su gravedad y la rapidez con que se desarrolla varían según la persona. Las señales tempranas pueden ser sutiles y a menudo pueden confundirse con otros problemas de salud, pero con el tiempo, los síntomas pueden volverse más notorios y afectar la vida diaria. Pueden empezar en un lado del cuerpo, pero gradualmente afectan ambos lados.2
Son cuatro los síntomas principales de la enfermedad de Parkinson:
Además de los problemas de movimiento, otros síntomas pueden incluir:
Los médicos y los investigadores aún no conocen las causas exactas de la enfermedad de Parkinson, pero creen que es una combinación de factores genéticos y ambientales. Sin embargo, se sabe que algunos factores aumentan el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson:2
Aunque estos factores pueden incrementar su riesgo, tener uno o más de estos no significa que desarrollará la enfermedad de Parkinson.
Aunque la enfermedad de Parkinson no tiene cura, existen muchas formas de controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. El tratamiento es diferente para cada persona, pero puede incluir una combinación de medicamentos, cambios en el estilo de vida y terapia.1,2
No existe una prueba única para diagnosticar la enfermedad de Parkinson. Su médico de atención primaria (PCP, por sus siglas en inglés) puede sospechar de la enfermedad de Parkinson basado en sus síntomas, historial médico y examen físico.1,2 Su PCP puede remitirle a un neurólogo (especialista capacitado para reconocer y tratar trastornos del movimiento) si cree que usted puede tener la enfermedad de Parkinson.
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Sí, en algunos casos. Aunque la mayoría de las personas que padecen Parkinson no tienen antecedentes familiares, ciertas mutaciones genéticas pueden aumentar el riesgo. Si un pariente cercano tiene Parkinson, como su padre, madre o hermano(a), su riesgo puede ser un poco más alto. No todas las personas con antecedentes familiares de Parkinson padecen la enfermedad. También se ha demostrado que los factores ambientales y de estilo de vida contribuyen al riesgo general.
En general, se recomienda seguir una dieta equilibrada para apoyar un mejor control de los síntomas y mejorar el bienestar general. Sin embargo, algunos alimentos pueden interactuar con el medicamento levodopa o carbidopa, que normalmente se recetan para la enfermedad de Parkinson. Los alimentos ricos en proteínas, como la carne, el queso y los huevos, o los jugos cítricos pueden interferir con la absorción de la levodopa y disminuir la eficacia del medicamento.3 Esto significa que debe espaciar cualquier comida rica en proteínas de cuando tiene programado tomar su medicamento.
La enfermedad de Parkinson en sí generalmente no se considera mortal, pero puede dar lugar a complicaciones graves que pueden afectar la esperanza de vida. A medida que avanza la enfermedad, problemas como caídas, infecciones (como la neumonía) y dificultad para tragar pueden presentar riesgos para la salud. Sin embargo, con un tratamiento médico adecuado, monitoreo regular y una sólida rutina de autocuidado, muchas personas con Parkinson viven muchos años, incluso décadas, después del diagnóstico.
Fuentes:
1. National Institute on Aging. Parkinson’s Disease: Causes, Symptoms, and Treatments. Consultado el 9 de abril de 2025. https://www.nia.nih.gov/health/parkinsons-disease/parkinsons-disease-causes-symptoms-and-treatments
2. National Institute of Neurological Disorders and Stroke. Parkinson’s Disease. Consultado el 9 de abril de 2025. https://www.ninds.nih.gov/health-information/disorders/parkinsons-disease#:~:text=PD%20is%20the%20most%20common,often%20improve%20with%20levodopa%20medication.
3. Johns Hopkins Medicine. Fighting Parkinson’s Disease with Exercise and Diet. Consultado el 9 de abril de 2025. https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/parkinsons-disease/fighting-parkinson-disease-with-exercise-and-diet#:~:text=The%20Role%20of%20Diet,stay%20energized%20and%20healthy%20overall
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